Agentes antimicóticos
Los fármacos para el tratamiento antimicótico incluyen los siguientes:
·
Anfotericina B (y sus formulaciones lipídicas)
·
Diversos derivados de azoles
·
Equinocandinas
·
Flucitosina
La anfotericina B, un medicamento eficaz pero
relativamente tóxico, es desde hace tiempo el pilar del tratamiento de las
micosis invasoras y graves. No obstante, en la actualidad se cuenta con nuevos
triazoles y equinocandinas menos tóxicos y potentes que se recomiendan como
terapia de primera elección para muchas micosis invasoras. Estos fármacos
modificaron significativamente el abordaje terapéutico antimicótico y a veces
incluso permiten tratar las micosis crónicas por vía oral.
Anfotericina
B
La anfotericina B es considerada la principal terapia antimicótica para las micosis invasoras graves, pero en la actualidad se cuenta con otros antimicóticos (p. ej., fluconazol, voriconazol, posaconazol, equinocandinas), que constituyen la terapia de primera elección en muchas de estas infecciones. Aunque la anfotericina B no tiene buena penetración en el líquido cefalorraquídeo, es aún eficaz para ciertas micosis, como la meningitis criptocócica .
En las micosis crónicas, suele iniciarse la terapia con anfotericina B desoxicolato en dosis ≥ 0,3 mg/kg por vía intravenosa 1 vez al día, que se incrementa según tolerancia hasta la dosis buscada (entre 0,4 y 1 mg/kg; en general, no > 50 mg/día); muchos pacientes toleran la dosis que se desea administrar desde el primer día.
En presencia de micosis
agudas peligrosas para la vida, puede administrarse anfotericina B
desoxicolato entre 0,6 y 1,0 mg/kg por vía intravenosa 1 vez al día.
Fórmulas
Hay 2 fórmulas de anfotericina:
·
Desoxicolato (estándar)
·
Lipídica
La fórmula convencional,
el desoxicolato de anfotericina B, debe administrarse en dextrosa al 5% porque
las sales pueden precipitar el fármaco. Suele administrarse en 2 a 3 horas,
aunque pueden indicarse infusiones más rápidas durante 20 a 60 minutos en
pacientes seleccionados. No obstante, las infusiones más rápidas no suelen
ofrecer beneficiosos. Muchos pacientes presentan escalofríos, fiebre, náuseas,
vómitos, anorexia, cefalea y a veces hipotensión arterial durante la infusión y
varias horas después de ella. Este fármaco también puede causar tromboflebitis
química cuando se administra a través de venas periféricas; puede ser
preferible un catéter venoso central. Suele indicarse pretratamiento con
paracetamol o antiinflamatorios no esteroides; si estos fármacos no son eficaces,
a menudo se agregan 25 a 50 mg de hidrocortisona o 25 mg de difenhidramina a la
infusión o se indican a través de un bolo intravenoso separado. Luego, suele
poder reducirse la dosis de hidrocortisona, para suspenderla más adelante,
durante los tratamientos prolongados. Los escalofríos intensos y la rigidez
pueden disminuirse o prevenirse con 50 a 75 mg de meperidina por vía
intravenosa.
Varios vehículos
lipídicos reducen la toxicidad de la anfotericina B (en particular,
nefrotoxicidad y síntomas relacionados con la infusión). Hay 2 preparados:
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Complejo lipídico de
anfotericina B
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Anfotericina B liposómica
Las fórmulas lipídicas se
prefieren sobre la anfotericina B convencional porque causan menos síntomas
relacionados con la infusión y menos nefrotoxicidad.
Efectos adversos
Los principales efectos
adversos de la anfotericina B son
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Nefrotoxicidad (más frecuente)
·
Hipopotasemia
·
Hipomagnesemia
·
Supresión de la médula ósea
El compromiso renal es el principal riesgo del tratamiento con anfotericina B. Es importante controlar las concentraciones séricas de creatinina y el nitrógeno ureico en sangre antes del tratamiento y a intervalos regulares durante la terapia: varias veces a la semana durante las primeras 2 o 3 semanas, luego 1 a 4 veces al mes, según se considere necesario de acuerdo con la evaluación clínica. La anfotericina B tiene la característica única entre los antibióticos nefrotóxicos de no ser eliminada significativamente por vía renal y no acumularse si la insuficiencia renal empeora.
Azoles antimicóticos
Los azoles bloquean la síntesis
del ergosterol, un componente importante de la membrana de las células
micóticas. Estos fármacos pueden administrarse por vía oral para tratar micosis
crónicas. El primer fármaco por vía oral de esta clase, el ketoconazol, se
sustituyó por otros derivados triazoles menos tóxicos y más eficaces, como
fluconazol, isavuconazol, itraconazol, posaconazol y voriconazol.
Todos los azoles pueden
interactuar con otros fármacos, aunque estas reacciones son menos frecuentes
con el fluconazol. Las interacciones medicamentosas mencionadas a continuación
no pretenden ser un listado completo; los médicos deben consultar referencias
específicas de la interacción farmacológica antes de utilizar medicamentos
antimicóticos azoles.
Fluconazol
Este fármaco hidrosoluble se absorbe casi completamente después de una dosis por vía oral. El fluconazol se excreta principalmente por la orina; su vida media es > 24 horas, lo que permite su administración 1 vez al día. Su penetración en el líquido cefalorraquídeo es elevada (≥ 70% de las concentraciones séricas) y resultó útil en particular para el tratamiento de las meningitis criptocócicas y por coccidios. También se considera uno de los fármacos de primera elección para el tratamiento de la candidemia en pacientes no neutropénicos.
Las dosis oscilan entre 200 y
400 mg por vía oral 1 vez al día hasta 800 mg 1 vez al día en algunos pacientes
graves y en los infectados por Candida glabrata u otras
especies de Candida (no C. albicans o C.
krusei); en estos individuos, se administraron dosis diarias de ≥ 1.000
mg, con niveles de toxicidad aceptables.
Los efectos adversos más
frecuentes con fluconazol son malestar gastrointestinal y exantema. La
toxicidad más grave es inusual, aunque se informaron las siguientes reacciones:
necrosis hepática, síndrome de Stevens-Johnson, anafilaxia, alopecia y, cuando
se consumen por largos períodos durante el primer trimestre del embarazo,
malformaciones fetales congénitas.
Las interacciones
farmacológicas son menos frecuentes con fluconazol que con otros
azoles. No obstante, a veces el fluconazol aumenta las concentraciones séricas
de los bloqueantes de canales de calcio, ciclosporina, rifabutina, fenitoína,
tacrolimús, anticoagulantes orales dicumarínicos, sulfonilureas (p. ej.,
tolbutamida) y zidovudina. La rifampicina puede disminuir las concentraciones
sanguíneas de fluconazol.
Isavuconazol
Isavuconazol es un triazol de amplio espectro para el tratamiento de aspergilosis y mucormicosis . Está disponible como una formulación intravenosa y como una cápsula oral. No se requiere monitorización del nivel del fármaco.
Los efectos adversos del
isavuconazol incluyen malestar gastrointestinal y hepatitis; el intervalo QT
puede disminuir.
Las interacciones
farmacológicas ocurren con muchos fármacos.
Itraconazol
Los efectos adversos del
itraconazol observados con dosis de hasta 400 mg/día son sobre todo
gastrointestinales, aunque se informaron algunos casos de disfunción eréctil en
hombres. Las dosis más elevadas pueden causar hipopotasemia, hipertensión
arterial y edema. Otros efectos adversos informados incluyen exantema alérgico,
hepatitis y alucinaciones. Un recuadro de advertencia de la U.S. Food and Drug
Administration de los Estados Unidos en relación con la insuficiencia cardíaca,
en particular con una dosis diaria total de 400 mg.
Posaconazol
El posaconazol triazol está disponible en forma de suspensión oral, de tabletas y de fórmula IV. El fármaco es muy activo contra levaduras y mohos y es eficaz para el tratamiento de varias infecciones oportunistas por mohos, como por hongos dematiáceos (de pared oscura) (p. ej., especies de Cladophialophora). Es eficaz contra muchas de las especies que causan mucormicosis . El posaconazol también puede utilizarse como profilaxis antimicótica en los pacientes neutropénicos con varios cánceres y en receptores de trasplantes de médula ósea.
Al igual que otros triazoles, los efectos adversos del posaconazol son la prolongación del intervalo QT y la hepatitis.Se produce interación farmacológica con muchos medicamentos, entre ellos rifabutina, rifampicina, estatinas, varios inmunosupresores, y barbitúricos.
Voriconazol
Este triazol de amplio espectro se encuentra disponible en forma de tabletas y en una formulación intravenosa. Se considera el tratamiento de elección para las infecciones por Aspergillus (aspergilosis ) tanto en huéspedes inmunocompetentes como en inmunocomprometidos. El voriconazol también puede indicarse para el tratamiento de las infecciones por Scedosporium apiospermum y Fusarium. Asimismo, el fármaco es eficaz en la esofagitis candidiásica y las candidiasis invasivas , aunque no se lo considera un tratamiento de primera línea; es activo contra un espectro más amplio de especies de Candida en comparación con el fluconazol.
Los efectos adversos que deben controlarse son la hepatotoxicidad, los trastornos visuales (comunes), las alucinaciones y las reacciones cutáneas.
El voriconazol puede prolongar el
intervalo QT.
Las interacciones
farmacológicas son numerosas, sobre todo con algunos inmunosupresores
administrados después del trasplante de órganos.
Equinocandinas
Las equinocandinas son lipopéptidos hidrosolubles que inhiben a la glucano sintetasa. Solo están disponibles en una formulación intravenosa. Su mecanismo de acción es exclusivo entre los fármacos antimicóticos, dado que actúa sobre la pared de la célula micótica, lo que hace a esta clase farmacológica interesante por la falta de resistencia cruzada con otros fármacos y porque su blanco sólo se encuentra en las células micóticas y no en las de los mamíferos. Las concentraciones de fármaco en la orina y el líquido cefalorraquídeo no son significativas.
Las equinocandinas disponibles
en los Estados Unidos son la anidulafungina, la caspofungina y la micafungina.
Hay poca evidencia que sugiera que un fármaco es mejor que otro, pero la
anidulafungina parece interactuar con menos fármacos que los otros dos.
Estos medicamentos son potentes
fungicidas frente a la mayoría de las especies de Candida de
importancia clínica pero se consideran fungistáticos contra Aspergillus.
Los efectos adversos de
las equinocandinas incluyen hepatitis y exantema.
Flucitosina
La flucitosina, un análogo de
los ácidos nucleicos, es hidrosoluble y se absorbe adecuadamente tras la
administración por vía oral. La resistencia preexistente o nueva es habitual,
de manera que casi siempre se indica con otro antimicótico, en general
anfotericina B. La flucitosina con anfotericina B se administra principalmente
para el tratamiento de la criptococosis , pero también es útil en
algunos casos de candidiasis generalizada (incluso en la
endocarditis), otras infecciones por levaduras y en aspergilosis invasoras
graves. La flucitosina asociada con los azoles antimicóticos puede ser
beneficiosa para el tratamiento de la meningitis por criptococos y
algunas otras micosis.
La dosis habitual (entre 12,5 y 37,5 mg/kg por vía oral 4 veces al día) produce concentraciones elevadas del fármaco en el suero, la orina y el líquido cefalorraquídeo.
Los efectos adversos principales
de la flucitosina son la inhibición de la médula ósea (trombocitopenia y
leucopenia), la hepatotoxicidad y la enterocolitis, pero la magnitud de la
inhibición de la médula ósea es proporcional a las concentraciones séricas.
Dado que la flucitosina se elimina sobre todo por vía renal, las concentraciones sanguíneas aumentan si se produce una nefropatía mientras se usa de anfotericina B, en particular cuando se administran dosis > 0,4 mg/kg/día.
Las concentraciones séricas
de flucitosina deben controlarse y la dosis debe ajustarse para mantener
niveles sanguíneos entre 40 y 90 mcg/mL. También deben solicitarse un hemograma
completo y pruebas de la función renal y hepática 2 veces a la semana. Si no es
posible medir las concentraciones, el tratamiento debe iniciarse con 25 mg/kg 4
veces al día, y la dosis debe reducirse si la función renal se deteriora.
Me gusto mucho y mas el video...
ResponderEliminarExcelente síntesis del tema, es interesante conocer la variedad de agentes antimicóticos que existen, la información extra ayuda a entender mejor el tema.
ResponderEliminarExcelente, es importante conocer sobre los mecanismos de acción y funciones de los agentes antimicoticos.
ResponderEliminarLas infecciones por hongos afectan frecuentemente a las personas por eso es de suma importancia conocer los diversos fármacos que son útiles en el tratamiento de estos.
ResponderEliminarInformación muy puntual sobre los diferentes fármacos antimicoticos, muy importante conocer la dosificación, efectos adversos y contra indicaciones para dar el mejor tratamiento al paciente.
ResponderEliminarEl maravilloso mundo de los hongos... estos causan grandes enfermedades y es importante saber y los farmacos a utilizar en estas infecciones micoticas lo felicito muy bonita distribucion en el tema y lo que mas me gusto que especifico muy bien la adm, dosis y el uso terapeuticos que le dio a cada farmaco.
ResponderEliminarInteresante contenido, será de mucha utilidad
ResponderEliminarQue buen abordaje del tema compañero
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